Para todos los que hemos tenido una mascota, la hora del adiós es dura, mas todavía si se trata de una perra especial, que no tan solo ha desbordado afecto, compañía y amor , sino que lo ha compartido con un colectivo muy vulnerable necesitado y especial como el de las personas mayores y niños con deficiencia….
Ha muerto LLum, mi adorada Golden Retriever , el ser más bueno del mundo. Un maldito cáncer se la ha llevado, con tan solo ocho años. Bella entre las bellas por dentro y por fuera, con su precioso pelo blanco. Lo más dulce y tierno, la perrita que alegraba y hacia sonreír a los niños de Mater y a los ancianos en los geriátricos, siempre alegre, sin un mal gesto y siempre dispuesta a jugar , buscando con su mirada a quien besar y a quien ponerle sus patitas con toda delicadeza en esas personas que estaban en sillas de ruedas , porque sabía que en ellas había una caricia y un abrazo interminable , esperando que le tirasen la pelota una y mil veces , para luego pasar y saltar entre los aros y hacer sonreír a todas ellas.
Hoy estamos muy tristes todos los que tuvimos la gran suerte de conocerte, Marina esa niña que desde chiquitina adoraba a LLum, y que ella también la buscaba con su mirada para saltar sobre ella y llenarla de besos y lametazos, con un amor incondicional y verdadero.
Te adorábamos , y ahora que ya no estás , nos has dejado un gran vacío y una gran tristeza que difícilmente sabremos encajar con tu ausencia. Te has ido demasiado pronto querida LLum, y tenemos el corazón roto.
Gracias LLum por tu bondad, por tu alegría , por ese saber estar , por tu compañía y por ese cariño y ese amor incondicional que nos has dado.
Quizás allí donde estés deseo que sigas jugando y corriendo por verdes praderas y chapoteando con tus patitas en el agua, como lo hacías en casa con tus amigos que también se fueron.
Sé que ahora hay un ángel en el cielo que me protege y como su nombre, «LLum», una estrella brillante que iluminará para siempre en el firmamento «Jamás te olvidaremos» «Siempre estarás en mi memoria».
Teresa Cayuela